viernes, 21 de septiembre de 2007

Parábola Chilena

Cuando el general Pinochet entró a la Clínica de Londres, el memorable dia de 1998 en que la justicia española lo reclamó a juicio, no sabia él que se trataba de un hospital de lunáticos. En el jardín interior vio a unos señores ingleses que paseaban en silencio. Se acercó a uno de ellos, y le dijo:

-Buenos días -y le tendió la mano-. Soy el general Pinochet.

El otro se la estrechó, lo miró a los ojos:

-Yo también soy el general Pinochet - respondió con cierta arrogancia, mirando al general de pies a cabeza. Pinochet quedó en silencio por un instante, hasta que se percató que se encontraba frente a un espejo.

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